abril 24, 2012

PARA RECORDAR DIARIAMENTE-JUAN CARLOS SAVATER


UNA SOLA ESENCIA



Para recordar diariamente.

En este breve texto se ordenan algunas frases clave para “recordar” nuestra Verdadera Naturaleza.
Aunque parezcan provenir de voces diversas ( desde el Bhagavad Gita y los Upanishads, pasando por Ramana Maharshi y Nisargadatta hasta Sailor Bob Adamson, Ramesh Balsekar o Uchiyama Roshi entre otros) todas, sin duda, hablan desde un mismo Lugar y nos hacen “recordar” ese mismo Lugar en nosotros.
No hay mejor práctica espiritual, ni superior sadhana que “recordar” este Lugar y descansar en Él.





Cualquier camino que el hombre recorra es Mi camino.
No importa por dónde vaya, le llevará hasta Mí.

Soy Pura Consciencia sin esfuerzo ni elección.

Soy el que habita en el corazón de cada criatura.
Yo Soy su comienzo, soy su tiempo de existencia
y Soy también el final de todos los seres.

La sensación Yo Soy, Yo Existo, no es otra cosa que el Señor.
Este sentido impersonal de presencia en el momento presente,
es la única verdad.

La Pura Consciencia no puede olvidarse de Sí Misma.
El sol no conoce ni días ni noches.
No necesitas nada, simplemente eres.
Todas las cosas del día han tenido lugar en ese estar despierto.
Vienen y van.
Tú eres ese infinito espacio cada día, esa Pura Consciencia,
ese estar despierto.
Todo lo demás son adornos.

No importa cómo son los acontecimientos,
siempre son Pura Consciencia.
Incluso cuando suceden cosas terribles,
mira a través de las apariencias
y recuerda la Pura Consciencia.
La Pura Consciencia misma nunca es tocada.
La Vida vive de vida, no puede conocer la muerte.
Todo miedo es una imagen en el futuro o en el pasado,
nunca trata de lo que es.
Lo que es, siempre puede manejarse.

Todo lo que tienes que hacer
es ver la nube que surge y dejarla ser.
No necesitas fijarte en la nube.
Mantén tu barca vacía.
Ni tratar de eliminar la ilusión,
ni buscar lo que es real.
La auténtica naturaleza de la ignorancia, tal como es,
es Pura Consciencia.
Despertar y regresar a la realidad es lo esencial.

El río mientras es río, no puede ser uno con el océano.
Tanto el yo como el mundo llevan la marca
de la Pura Consciencia que son:
El yo no puede ser pluralizado
y el mundo no puede existir sin relación a la consciencia.
Este ego o yo nunca estuvo aquí
y nunca se irá porque nunca fue.
La única realidad que permanece es este Conocer.
Este Amor de ser.
No tiene forma. No puede describirse
pero tampoco negarse.

El yo no puede hacer nada, pero lo creemos así
porque estamos enfocados en el pensamiento.
Lo que es en el momento presente,
es la Voluntad del Señor.

Sólo somos individuos durante la vigilia y los sueños,
nuestra pura naturaleza es la más alta Realidad,
Pura Consciencia, como se revela en el sueño profundo.
La Pura Consciencia es la constante esencia de la vigilia,
el sueño y el sueño profundo.
Cada día los seres, regresan al Señor en el sueño profundo.
La Pura Consciencia del sueño profundo
es el sereno océano en el que nos sumergimos,
en el que estamos inmersos eternamente,
con el que somos idénticos a la Vida
en el más amplio sentido posible.

El fin o propósito de la existencia humana
no es en absoluto hacerse uno
con la Verdadera Naturaleza.
La Verdadera Naturaleza de seres humanos,
criaturas e incluso objetos inanimados,
es ya la Verdad, la Consciencia y la Dicha.
Lo que debe alcanzarse no es
ni la desaparición de las diferencias o divisiones,
ni su destrucción, sino el final de la creencia
en su realidad.
Todas las diferencias o divisiones
surgen sólo desde el punto de vista de la ignorancia
y no existen en absoluto aparte de la Verdadera Naturaleza
que es Pura Existencia, Pura Consciencia y Pura Dicha.


Soy Pura Consciencia sin esfuerzo ni elección.


Cualquier camino que el hombre recorra es Mi camino.
No importa por dónde vaya, le llevará hasta Mí.



El mensaje sobre nuestra verdadera naturaleza, es heredero directo del Advaita Vedanta, aunque se manifieste también con gran claridad en el budismo, en algunas interpretaciones más espirituales del cristianismo y, en general, de una forma u otra, en todas las grandes tradiciones religiosas. Es una visión directa, intuitiva y quintaesencial del Advaita Vedanta tradicional. Siendo este último un sistema racional, no místico, basado en el análisis de los tres estados de la vida: vigilia, sueño y sueño profundo y en hechos de la experiencia común, que puede ser comprendido y seguido por cualquier individuo con su propio esfuerzo.

La sensatez, es la nota dominante en las palabras de las recientes grandes figuras del Advaita, también cuando abordan los temas de conocimiento y liberación o de práctica y reflexión.
Aún estando condicionados por su respectiva época y lugar, es difícil encontrar en sus mensajes originales ese afán de crear prácticas y sistemas que tanto abunda en sus comentaristas y “administradores” posteriores…Es evidente que sólo el conocimiento puede desvanecer la ignorancia y que este conocimiento sólo se logra con una adecuada comprensión de lo que somos. La permanencia en ello, la profundización en ello o el alejamiento de ello, son sólo y exclusivamente apariencias y dependen también del grado de estacomprensión y convicción. Con los conceptos de esfuerzo, logro, pérdida, permanencia, alejamiento, etc., comunicamos nuestras vivencias personales relativas y condicionadas, pero no es fácil usar estos conceptos sin quedar enredados y pringados en ellos otorgándoles una realidad que en absoluto poseen. A esto se debe la sensatez y la cautela de todas estas grandes figuras, la grandeza y la apertura de los “acercamientos” que recomiendan ( a pesar, repito, de todos los que intentan sistematizar lo que no era un sistema y complicar lo que no era complicado ) y la variedad de respuestas en los diferentes casos.
Aunque todos ellos señalan, cada uno a su manera, hacia esta presencia consciente, este yo soy, esta primera personaesta sensación de seretc. como el lugar no conceptual de la esencia o pura consciencia, su cautela se debe a que este, no es ya un terreno con el que se puedan usar eficaz y, sobre todo verazmente, conceptos como: necesidad o voluntad o progreso o esfuerzo o logro o incluso permanencia…
Así pues, los mayores despistes y estancamientos que ocurren durante esta búsqueda, se producen, al menos en occidente, no sólo por la difusión de una versión cómoda, parcial y superficial de todas estas verdades, esa “India fácil” que decía Cioran, a la que estamos tan acostumbrados, sino también por la falta de tiempo que algunos tienen para apreciar y paladear las sutilezas de esta “nada”. Pasan de largo de su propia realidad y regresan a la mente, siempre practicando algo, creyendo que de esa manera encontrarán más y más...
No citaré sobre este tema ni a Nisargadatta Maharaj ni a Ramesh Balsekar, de entre las personalidades más recientes que enfocan estos aspectos en la forma anteriormente expuesta, pero sí me gustaría añadir tres citas que he encontrado últimamente:

“La auténtica sadhana( práctica espiritual) consiste en no olvidarse del Sí Mismo, no en sentarse tranquilamente con los ojos cerrados. Tú siempre eres el Sí Mismo. Simplemente, que no se te olvide.” Ramana Maharshi

“La liberación en la vigilia o vida empírica sólo es posible por la contemplación de la naturaleza de la realidad, porque la ignorancia es significativa solamente en la esfera del intelecto. Los trances místicos sólo confirman nuestra experiencia ( de Pura Consciencia) durante el sueño profundo y no son indispensables para el conocimiento vedántico.” Satchidanandendra Saraswathi ( Advaita Vedanta tradicional)

“No debemos pensar o creer nunca que el logro de la pura consciencia o Atman es una especie de estado sublime, elevado o inspirado; incluso si tal clase de emoción o sentimiento o estado altamente sublime o inspirado es alcanzado por alguien, nunca será un estado permanente. Incluso en el caso de que fuera permanente ¿podría ser determinado como última realidad?” D.B.Gangolli(Advaita Vedanta tradicional)

“P: A pesar de que reconozco que soy esta inmutable consciencia, hay siempre un sentimiento de que aún no la tengo. ¿Por qué me sucede esto?
“R: No puedes tenerla porque ya eres Eso ¿Lo entiendes?
“P: Sí.
“R: Bueno, entonces olvida el tratar de tenerla y simplemente sé Eso. Detén la búsqueda. Simplemente permanece en lo que es. Obsérvalo y conócelo. Ello mismo se te revelará.” Sailor Bob Adamson ( Diálogo)



La convicción en nuestra propia realidad está basada en una sensación absolutamente incuestionable. Sentimos nuestra propia realidad instintivamente. Esta intuición de nuestra real esencia está fundamentada en el hecho de que no podemos negar nuestra propia existencia ni concebir nuestra inexistencia. Nos experimentamos siempre como una continuidad de existencia sin ruptura imaginable. Ya estemos despiertos o dormidos, no es concebible ninguna discontinuidad en ese río de consciencia.
Ese constante transfondo de ser y saber que se es, de realidad permanente, confiere su realidad a todo lo que surge. Por eso el ahora siempre es lo real, e incluso durante el sueño, el ahora del sueño nos parece realidad.
Existe pues una realidad y unas manifestaciones de ella. No hay error ni pecado en la vida ni en sus manifestaciones. Tan solo nosotros cometemos ese error inicial de creer que el mundo tiene alguna realidad independiente de la Esencia, de la realidad esencial.
Olvidamos esa intuición básica de que todo lo que surge tiene una realidad “prestada” de la realidad constante que somos... terminamos invirtiendo los términos y considerando el mundo como una realidad permanente y verdadera, mientras que nuestra propia realidad, la vemos como algo efímero, dependiente y destinado a la extinción.
El conocimiento profundo de ese error es lo único necesario, aunque nuestra vida y conducta nos lleven una y otra vez a convivir con él.
Así como la respiración ocurre una y otra vez, siempre fresca y siempre nueva en el presente, este despertar a nuestra verdadera naturaleza, va ocurriendo una vez y otra, un millón de veces, toda nuestra vida.
Pretender buscar una sola gran respiración que nos “solucione” para siempre el problema de tener que respirar momento a momento…es buscar algo absurdo e imposible y pone de manifiesto una comprensión aún muy pobre.
Este despertar una y otra vez al presente y a lo que es, es la propia vida de esta Esencia. No es ya una cuestión de dificultad o de esfuerzo, sino de convicción. Hasta que la profunda convicción de que nuestra verdadera naturaleza ya está absolutamente despierta e iluminada y de que lo que hemos estado buscando, ya lo somos plenamente, no haya surgido, estos despertares son imposibles, porque no son otra cosa que un regreso radical a ese conocimiento y a esa intuición.
No es verdad que la finalidad de nuestra existencia sea hacernos uno con la esencia que somos, como muchos buscadores de la “definitiva respiración” proclaman, sino más bien vivir nuestras vidas con el real conocimiento de lo que somos. Por lo tanto, lo que se debe alcanzar no es la destrucción o la desaparición de la dualidad, sino la destrucción de la fe o de la creencia en la realidad de esa dualidad.


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